El capitalismo rara vez aborda cómo reducir las barreras de entrada al mercado, cuando no hay barreras, el rent-seeking disminuye.
El artículo de Cory Doctorow señala que cuando la competencia desaparece, los sistemas de regulación efectivos también se desmoronan. La competencia no solo previene que las empresas colaboren para engañar a las autoridades regulatorias, sino que también reduce las ganancias corporativas, limitando su capacidad para influir en los reguladores. El autor sostiene que la sociedad moderna no puede juzgar por sí misma cuestiones altamente técnicas, como la fiabilidad del software de frenos antibloqueo en coches, la razonabilidad de las recomendaciones de vacunación o la seguridad de las estructuras de edificios, por lo que depende de reguladores profesionales para establecer normas. Este sistema depende de las posturas contrapuestas de diferentes empresas para equilibrarse, como la "revisión por pares" (peer review) en ciencia, que previene la manipulación y el autoengaño. Sin embargo, una vez que la industria se concentra en unas pocas grandes empresas, la familiaridad entre sus altos cargos y sus intereses comunes facilitan la coordinación, la formación de grupos monopolistas y la influencia o compra de las autoridades regulatorias, causando el fenómeno de "captura regulatoria" (regulatory capture).
Doctorow destaca que la "captura regulatoria" tiene dos caras. Por un lado, las industrias capturadas pueden infringir la ley de forma arbitraria, perjudicar a los trabajadores o contaminar el medio ambiente. Por otro lado, estas empresas se alían con los reguladores para atacar a competidores, startups o rivales extranjeros, creando una regulación "liberal interna y autoritaria externa". Como ejemplo, critica a las empresas tecnológicas que usan aplicaciones (apps) para ocultar su comportamiento, creando zonas legales ambiguas, como Uber, que afirma no ser empleador porque solo "asigna tareas mediante una app"; Airbnb, que vende alojamientos ilegales como "alquileres compartidos"; fintech, que se presenta como servicios innovadores pero en realidad son bancos no regulados; operadores de criptomonedas que comercian con valores no registrados mediante apps; RealPage, que ofrece a propietarios algoritmos para incrementar uniformemente las rentas pero afirma no participar en acuerdos concertados; y Plexure, que recopila datos de clientes a través de la app de McDonald's para personalizar aumentos de precios. Estos comportamientos no solo permiten a las empresas "evadir la ley mediante apps", sino que también aprovechan las leyes de propiedad intelectual que prohíben "saltar protecciones", impidiendo que otros corrijan o desbloqueen diseños injustos, logrando una situación absurda en la que "usar apps es delito, pero corregir apps también lo es".
El debate en Hacker News refleja diversos puntos de vista. Algunos usuarios consideran que Doctorow idealiza la importancia de la competencia, señalando que industrias altamente competitivas como el inmobiliario y la finanza suelen caer más fácilmente en la captura política y regulatoria, destacando que demasiada competencia dificulta la ejecución de regulaciones. Otros discuten desde la perspectiva del contrato social, con algunos que ven a Airbnb como una tradición rural de hospitalidad, y otros que denuncian que los alquileres cortos generan ruido y degradación comunitaria, dañando las relaciones vecinales. En el debate también se aborda la "lucha entre ley y software": con la normativa social reemplazada por código, el sistema legal no puede supervisar el funcionamiento real del software, lo que genera poca transparencia sobre por qué se prohibe o bloquea algo para el público. Algunos participantes son pesimistas al pensar que las leyes de un solo país ya no pueden regular eficazmente el ecosistema globalizado del software.
Otros críticos analizan la lógica y retórica de Doctorow, considerando que exagera el fenómeno de "violaciones legales mediante apps", como el caso de RealPage, que en realidad involucra disputas constitucionales sobre libertad de expresión y compartición de información del mercado, no simplemente evadir regulaciones. También se cuestiona su ejemplo, como la difusión de sistemas de frenos antibloqueo, que se debe a la colaboración entre grandes empresas y reguladores, no a la competencia de pequeñas empresas. Algunos lectores señalan que los gigantes tecnológicos se han convertido en "instituciones semioficiales" que combinan vigilancia de información y monopolios del mercado, incluso cadenas de comida como McDonald's dependen de datos de clientes para ganar, incluso más que vendiendo hamburguesas. En general, el debate se centra en dos puntos principales: uno, la preocupación por la "falla legal y el gobierno por software", y dos, la divergencia en la evaluación del estilo narrativo y conceptos de Doctorow, como "enshittification".
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